SANTIAGO CASTRO PULIDO
(Nemocón, 1987)

Nemocón, 1988

Pintura acrílica sobre papel Fabriano Tiepolo, 100% algodón. 43 cm x 58 cm. (2022)

Impresión fine art sobre papel de conservación 100 % algodón 35 cm x 50 cm. Serie de 10

Nemocón, 1988
El cuerpo de trabajo de Santiago Castro conecta las artes plásticas con las complejas dinámicas del espacio público. Sus pinturas son el producto de investigaciones en los intersticios de la ciudad contemporánea: la globalización, las disputas identitarias y la resignificación simbólica de las imágenes. Santiago cose la tradición con la innovación, la originalidad con la copia, lo estable con lo inestable, lo abstracto con lo figurativo. Su vasta experiencia en el arte urbano ha sido clave para leer el pulso de la ciudad y traducirlo en metáforas visuales. Actualmente, es parte del colectivo Vértigo Graffiti, con el que ha realizado proyectos murales y de arte comunitario alrededor del mundo.
RICARDO VASQUEZ NAVAS
(Bogotá,1984)


Acrílico sobre lienzo, 95 cm x 130 cm

Acrílico sobre lienzo, 80 cm x 80 cm

Inició su trayectoria artística explorando el graffiti y el muralismo, de esta manera desarrolló su primera técnica y su visión primordial sobre la pintura. Actualmente, su práctica se centra en el concepto de “paisajes internos”, un ejercicio de introspección, en el que viene utilizando al lenguaje abstracto y una intensa selección cromática como alternativa de expresión personal. Su objetivo es generar una conexión profunda y significativa con el espectador: una traducción emocional que opera como un lugar de encuentro entre el artista y el público. Su obra ha sido exhibida en las principales ciudades de Colombia y, junto al colectivo Vértigo, ha participado en destacados proyectos internacionales de muralismo.
PEZ BARCELONA
(Barcelona, 1976)

Calles de Bogotá

Escultura en resina intervenida a mano, 36 cm x 28 cm x 15 cm

Acrílico sobre lienzo, 114 cm x 162 cm

Calles de Bogotá
Pez Barcelona es quizás uno de los exponentes globales más importantes de aquella generación de artistas urbanos catalanes que tuvo sus inicios a finales de la década de los noventa. La creación de su famoso personaje, el pez sonriente, catapultó su interés específico de trabajo artístico: el discurso de la felicidad. A pesar de las circunstancias indecibles que rodean la realidad, Pez Barcelona, ha sabido persistir en un mensaje claro y contundente —tanto en su obra en la calle como en las múltiples y exitosas exposiciones que ha tenido alrededor del mundo— la vida se construye a partir de instantes de felicidad. La concepción de una cotidianidad compleja, desde luego, pero que puede interrumpirse por un momento de claridad, luz y color, como el que define cada una de sus creaciones.
JOSÉ ROSERO
(Pasto, 1988)

Pasto, 1988

Mixta sobre lienzo 110 cm x 80cm

Mixta sobre lienzo 70 cm x 70 cm

Pasto, 1988
¿Qué sucede con los espacios humanos cuando dejan de ser habitados; cuando, sin más, se abandonan y se libran a su suerte?. Este parece ser el interrogante integral que al querer ser respondido define mucho de la obra de José Rosero. Tal cuestionamiento abarca asuntos tan importantes como el crecimiento desmesurado de las ciudades, el regreso de la naturaleza en sus formas y texturas y el franco espejismo que crea la vanidad humana. Rosero es un pintor exquisito y cuidadoso, con un amplio recorrido por el mundo, que en cada una de sus creaciones revela su capacidad técnica, pero a la vez pone en marcha sus grandes dotes en la improvisación. Este ejercicio le permite partir de realidades que se transforman en escenarios fantásticos; invenciones que de desprenden de su imaginación y de las decisiones que va tomando trazo a trazo.